El club “El Macuto”, liderado por
el amigo y experto Aurelio y con la colaboración de la no menos experta Ana, quien previamente también había hecho
este recorrido, está estrenándose con nuevas sensaciones en sus marchas. A las ya numerosísimas salidas realizadas, por
primera vez se salió fuera de España, concretamente a Marruecos al “Jebel Musa” (La Mujer Muerta),
le siguió la vespertina el pasado 10/8
Sotogrande-Torrenueva y esta vez ha tocado una nocturna “Tarifa-Valdevaqueros”.
La
concentración de los integrantes partieron desde la Urbanización de la Aldea en
Getares hasta el puerto de Tarifa, siguiendo dos vehículos hasta Valdevaqueros
y aparcando uno en el parking y retornando el otro hasta Tarifa para partir
todos juntos; de este modo nos asegurábamos los conductores volver en un
vehículo a Tarifa y volver a Valdevaqueros para
recoger a toda la expedición.
Antes
de partir nos encontramos en Tarifa con el amigo Manolo Cuenca que por estar de
servicio no pudo acompañarnos en esta ocasión y Jesús cambió su llamativo
“modelito peto” aireado por los cuatro costados por una camisa de “Casimira del
piojito”.
Justo
en la salida vimos el precioso castillo de Santa Catalina con sus 24 metros de
altura, enclavado a orillas del mar y que
fue antiguo observatorio meteorológico.
La
peculiar “Playa Chica” con su franja de arena en medio del mar que parece estar
andando sobre sus aguas, un gustazo de paseo; seguimos por toda la costa
saboreando cada segundo del bonito atardecer hasta llegar a rio Jara donde
tuvimos que descalzarnos para cruzar a la otra orilla; Samuel y Aurelio nos
servían de guía inspeccionando profundidad y corriente por donde mejor pudiésemos
alcanzar la otra orilla aunque Ana Escobar no le importó pegarse un buen
chapuzón y cruzó la primera.
Toñi, esposa de Samuel, se las ingeniaba de
muchas posturas colocando su cámara de pie, sentada e incluso tirada en la
arena intentando conseguir
la
mejor
foto
del grupo
programándola en autodisparo para
inmediatamente salir corriendo e incorporarse al grupo y llegar a tiempo de la
instantánea antes del disparo.
Hicimos un alto
en camino para reponer
fuerzas, aunque
al amigo Rafael se le olvidó en casa su “costo”
pero
con muchísimo gusto
compartimos víveres entre todos.
Después
de contemplar en el horizonte la preciosa puesta de sol nos adentramos en la
noche despejada con luna en su fase cuarto menguante y que no vimos hasta casi
al final del trayecto pero pudimos contemplar
en todo su esplendor el firmamento lleno de
estrellas.
La luz de las linternas nos servía de guía, para
pasar
los acantilados muy resbaladizos
que sorteamos más o menos sin problemas excepto para Laura, la señora de Ángel,
que se llevó un sustito al caer en una de las piedras pero de la que
afortunadamente salió ilesa.Y así llegamos a su final con un espectacular
baño de algunos de los componentes de la expedición y posterior refrigerio en
un chiringuito esperando la llegada de los coches que nos recogerían de vuelta
a Algeciras.
Merece
especial atención la componente del grupo Carolina que se desplazó
desde Madrid expresamente para acompañarnos
durante los once kilómetros aproximados que recorrimos a lo largo de la
costa.
También nos congratulamos la mejoría
de la lesión en el pié de Luis que aguantó como un jabato, como siempre, hasta
el final.
La
última anécdota la puso Samuel por creer perder la llave de su coche para
volver a Tarifa pero con final feliz porque se localizó donde precisamente él
pensaba se le habría podido escurrir de su bolsillo, es decir, en el coche de Ángel,
otro de los expedicionarios y entusiasta de éstas marchas.
En resumen y
como de costumbre, otra
magnífica y
deliciosa jornada disfrutada, tanto por la ruta como de la compañía.
Una vez más,
nos congratulamos
por las vivencias y
por supuesto…¡¡nos vemos en la próxima!!
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